“Los sentimientos son más peligrosos que las ideas, porque no son susceptibles de evaluación racional. Crecen en voz baja, extendiéndose bajo tierra, y estallan de repente, por todos lados”. psicologo online
-Brian Eno-
¿Alguna vez has vomitado por sentirte muy nervioso, o has tenido alteraciones en la piel sin saber por qué, o has sentido dolor de cabeza durante un periodo muy estresante? Quizás no lo sepas pero tal vez estés somatizando.
En este artículo te contamos lo que significa somatizar, por qué puede pasar y algunos consejos para que puedas gestionar sus factores influyentes.
El término somatizar se utiliza en el ámbito de la salud mental para referirse a la manifestación física de problemas emocionales. Las somatizaciones son síntomas físicos que no es posible explicar por un diagnóstico médico, es decir, no se identifica claramente su causa médica.
No obstante, son síntomas reales que experimentamos como consecuencia de estar pasando por un periodo de mayor inestabilidad emocional.
Nuestras emociones se manifiestan en 3 componentes: los pensamientos, los comportamientos y las sensaciones físicas. Es por esto último que, cuando no hay una causa identificable, podría ser nuestro cuerpo quien nos esté pidiendo que lo escuchemos y atendamos para poder resolver algún conflicto o situación que nos esté causando malestar.
Puede que en tu día a día estés experimentando ya algunas somatizaciones:
Si sientes que tus emociones están afectando tu bienestar físico, puede ser útil buscar apoyo profesional. Un psicólogo especializado en ayudar a superar la agorafobia puede ofrecerte herramientas para gestionar mejor tus emociones y reducir los síntomas somáticos que puedas estar experimentando.
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Escucha a tu cuerpo con amor
Las somatizaciones no se refieren a dolores o molestias puntuales, sino más bien recurrentes. No es un diagnóstico de por sí, sino que se considera un síntoma que puede formar parte de un trastorno de síntomas somáticos.
No obstante, es muy importante descartar previamente las posibles causas físicas o médicas antes de diagnosticarlo.
Sin embargo, para diagnosticar este trastorno no basta solo con presentar somatizaciones, sino que éstas deben causar unos niveles de angustia excesivos y desproporcionados que pueden impedir llevar una vida plena, y que dificulta realizar actividades cotidianas.
Por ello, incluso si no hay una explicación médica, tampoco es suficiente para tener el diagnóstico, se deben evaluar también la presencia de problemas psicológicos, ya que es un diagnóstico que suele ir muy ligado a trastornos de ansiedad.
La persona debe mostrar una preocupación excesiva y dedicar mucho tiempo al problema de salud (hablar sólo sobre el síntoma, buscar información sobre ello, evitar actividades que puedan empeorar sus síntomas).
Este diagnóstico puede ser muy similar a la hipocondría, pero en este caso, lo que prevalece es la creencia de que se padece una enfermedad grave a pesar de no presentar síntomas. Predomina la focalización en síntomas físicos que no son graves de por sí, y es escrutinio en el propio cuerpo para buscar evidencia.
En estos casos, hay una magnificación de una molestia leve, pero no hay síntomas físicos reales o son de menor intensidad, y sin embargo la idea genera niveles altos de malestar e interferencia en la vida de la persona (ej. toma excesiva de medicación, visitas repetidas a médicos, evitar información o ciertos lugares, personas o actividades relacionadas con la enfermedad…)
Además, es fundamental abordar el miedo a tomar decisiones que puede surgir en estos contextos, ya que la incertidumbre puede intensificar la angustia. Para ello, puedes considerar la terapia para tomar decisiones sin miedo, que puede ayudar a gestionar mejor estas preocupaciones y mejorar tu bienestar emocional.
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Encuentra tu camino hacia el bienestar
Descubre estrategias personalizadas que te ayudarán a gestionar la somatización en tu vida diaria.
Actualmente no se conocen las causas exactas de por qué somatizamos. Tampoco es posible darle un significado general a por qué sentimos determinadas somatizaciones, aunque sí sabemos que están relacionadas con estados emocionales.
La falsa separación entre mente y cuerpo nos abre un puente entre ambos que la ciencia aún trata de construir, y tal vez sea el sistema nervioso el punto en común de ambos. Sin embargo, al igual que ocurre con otras afecciones médicas y con los problemas psicológicos, las causas pueden ser múltiples.
Existen algunos factores identificables que influyen en que se den estos síntomas:
Cuando tenemos una molestia en el cuerpo, la reacción más común que solemos tener es la de intentar eliminar esa molestia. Esto, lejos de ayudarnos, puede perjudicarnos porque nuestro cuerpo seguirá mandando señales de otras maneras para que escuchemos y entendamos qué es lo que las provoca.
Por ello, trabajar la somatización implica cambiar nuestra visión sobre ellas y nuestra forma de relacionarnos con nuestras sensaciones, físicas y emocionales. Para ello, debemos permitirnos prestar atención a lo que nos pasa desde la curiosidad y la intención de conocer, y no querer inmediatamente cambiarlo.
Cada caso es distinto, y por ello debemos encontrar las estrategias que mejor se adecúen a las necesidades de cada persona, pero aquí os presentamos algunas opciones: Además, si sientes que tus miedos, como el terapia para vencer el miedo a las alturas, pueden estar contribuyendo a tus somatizaciones, buscar ayuda profesional puede ser un paso importante para entender y gestionar mejor tus emociones.
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Nuestras Reseñas
Soy psicóloga sanitaria y trabajo con diferentes problemáticas relacionadas con el estado de ánimo, ansiedad, situaciones vitales estresantes (problemas familiares, laborales, de pareja…), relaciones sociales y autoestima tanto en adultos como en jóvenes.
Siempre he tenido mucho interés en investigar sobre el cerebro y la conducta humana, y por ello, combiné el grado de Psicología con la colaboración en un grupo de investigación en psicobiología. Al terminar la carrera, realicé el Máster en Psicología General Sanitaria.
Actualmente, combinándolo con mi trabajo como terapeuta, estoy haciendo el Doctorado en Psicología en la Universitat Jaume I, investigando sobre el uso de las nuevas Tecnología de la Información y la Comunicación (TICs) en la terapia psicológica, como son el uso de la realidad aumentada y la terapia online.
Nº Colegiada: CV16304
Soy psicóloga sanitaria y trabajo con diferentes problemáticas relacionadas con el estado de ánimo, ansiedad, situaciones vitales estresantes (problemas familiares, laborales, de pareja…), relaciones sociales y autoestima tanto en adultos como en jóvenes.
Siempre he tenido mucho interés en investigar sobre el cerebro y la conducta humana, y por ello, combiné el grado de Psicología con la colaboración en un grupo de investigación en psicobiología. Al terminar la carrera, realicé el Máster en Psicología General Sanitaria.
Actualmente, combinándolo con mi trabajo como terapeuta, estoy haciendo el Doctorado en Psicología en la Universitat Jaume I, investigando sobre el uso de las nuevas Tecnología de la Información y la Comunicación (TICs) en la terapia psicológica, como son el uso de la realidad aumentada y la terapia online.
Nº Colegiada: CV16304