no esperar a tocar fondo para cambiar
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Por qué no esperar a “tocar fondo” para pedir ayuda

Al igual que posponemos la alarma por la mañana para dormir “sólo 5 minutitos más”, solemos posponer la decisión de pedir ayuda.

El problema es que esos 5 minutos de más se suelen convertir en 20, y al final acabamos teniendo que hacerlo todo más rápido para que nos dé tiempo a llegar al trabajo, y a veces, ni siquiera nos da tiempo.

Quizá llegar al límite con la hora mañanera no es algo que nos pueda perjudicar gravemente, pero posponer la alarma de pedir ayuda sí que puede tener efectos en nuestra calidad de vida y en nuestro bienestar.

 

Señales de haber “tocado fondo”

El momento de pedir ayuda es muy personal, porque los límites emocionales de cada uno también lo son. Además, las señales de “tocar fondo” de cada persona varían según la situación y las características individuales.

Sin embargo, como seres humanos compartimos algunas alteraciones y señales que pueden indicarnos cuándo estamos cerca de ese límite personal:

–          Te notas con nerviosismo durante el día y te cuesta recuperarte al final del día de todo el ajetreo.

–         Tienes dolores y tensiones difusas que duran en el tiempo.

–         Tienes la sensación de que no llegas a todo.

–         Te irritan hasta los detalles más pequeños, como los ruidos.

–         Notas que tienes alteraciones en los patrones de sueño: te cuesta conciliar el sueño, tienes despertares en mitad de la noche o te despiertas antes que la alarma…

–         Se altera el apetito: tienes más ganas de comer entre horas o se te cierra el estómago.

–         Tienes problemas de concentración, te distraes o notas que tu rendimiento en las tareas ha bajado.

–         Te apetece estar sin gente alrededor o te incomoda tener momentos a solas contigo.

–         Tienes menos ganas de hacer cosas que te gustan, sientes desgana frente a tareas cotidianas.

–         Sientes falta de motivación por las cosas, y desconexión contigo y con los demás.

Si te identificas con algunas de estas señales, puede ser un buen momento para considerar la terapia online para el desarrollo de habilidades sociales, que puede ayudarte a gestionar mejor tus emociones y a encontrar el apoyo que necesitas.

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Consecuencias negativas a largo plazo de tocar fondo

  • Falta de energía, pérdida del sentido de la propia vida, agotamiento. 
  • Menor rendimiento, sensación de fracaso y descontento con uno mismo.
  • Empeoramiento de las relaciones sociales (no puedo estar para mí ni para otros) y desconexión de los demás (por no abrirme o tomar distancia).
  • Acudir a comportamientos de afrontamiento desadaptativos (buscar maneras de anestesiar el malestar con vicios, consumo de sustancias y otros comportamientos adictivos.

Si nos fijamos bien, podemos darnos cuenta de que “tocar fondo” puede suponer un desgaste en muchas áreas de nuestra vida: puede afectar a nuestras relaciones personales, nuestro trabajo, nuestros hobbies, nuestro descanso, nuestra alimentación… y todo esto, mantenido en el tiempo, puede implicar perder calidad de vida. Aguantar y aguantar sólo hará que agotemos nuestros recursos, y que lleguemos más cansados y perjudicados al momento de pedir ayuda. 

no esperar a tocar fondo para pedir ayuda

Imaginemos que aparece una gotera en casa. Podemos poner un cubo debajo para que vaya recogiendo el agua, y esto funcionará por un tiempo, ya que la gota, de manera individual, no es dañina. Sin embargo, a medida que pasa el tiempo, el cubo se va llenando, y lo que antes era una gota se ha convertido en un litro. Si el cubo llega a rebosar y no nos damos cuenta, puede estropearnos el suelo o inundarnos la habitación. Y así lo que en un principio habría requerido de un momento para arreglarlo, acaba provocando un mayor gasto de tiempo y de recursos. 

¿Por qué nos cuesta tanto pedir ayuda?

Las razones por las que aguantamos hasta “tocar fondo” pueden ser muy variadas, y dependen en cierta medida de nuestra propia historia y de nuestros recursos. No obstante, existen ciertas ideas compartidas que pueden influir en que nos sumerjamos en ese mar de malestar y alarguemos ese momento de pedir auxilio.

“Pedir ayuda nos hace personas débiles, porque no hemos sido capaces de salir adelante por nuestro propio esfuerzo”. Quizá nos exigimos ser “fuertes” y tener la capacidad de “poder con todo” por nuestra cuenta; queremos ser personas independientes y autosuficientes, porque eso nos hace sentir orgullosos de nosotros mismos. La realidad es que cada persona tiene unas fortalezas, unas capacidades y también unas limitaciones. Somos seres interdependientes, lo que quiere decir que a veces necesitamos de los demás para conseguir nuestros objetivos y aprender nuevas habilidades. Pedir ayuda puede exponer nuestra vulnerabilidad, pero también nos acerca a quienes se la pedimos, y con ello, podemos incluso reforzar su autoestima.

“Solo yo puedo salir adelante, nadie puede hacerlo por mí”. Si bien es cierto que cada uno debe responsabilizarse de su proceso o de tomar acciones que le lleven a mejorar o salir de la situación en la que se encuentra, no tenemos porqué hacer el camino en soledad. Pedir ayuda y permitir que nos acompañen implica tener un apoyo en los momentos complicados. Además, dos cabezas piensan más que una, y eso nos permite tener acceso a nuevas perspectivas que amplifiquen las alternativas y la manera de enfrentar los problemas. Compartir lo que nos preocupa nos da la oportunidad de aprender nuevas formas de afrontarlo, aún siendo cada persona la que debe hacerlo.

Si te encuentras en una situación difícil en tu relación, considera que buscar apoyo profesional puede ser un paso importante. La terapia de pareja para superar infidelidades puede ofrecerte las herramientas necesarias para abordar y resolver conflictos, ayudando a restaurar la conexión y la confianza.

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“Hay gente que está peor que yo”. Comparar nuestra situación con la de otras personas nos puede ayudar a reducir un poco la intensidad o relativizar nuestro malestar, porque siempre va a haber gente mucho peor. Sin embargo, no es incompatible con que uno pueda aprovechar las propias circunstancias para mejorar su bienestar. Ayudar y recibir ayuda no es limitado, y merecemos pedir ayuda aún cuando haya gente que también la necesite.

no esperar a tocar fondo para resurgir

Puede haber otras razones como la economía, la propia organización del tiempo, o circunstancias laborales que también nos compliquen el pedir ayuda. Siendo conscientes de ello, debemos tener en cuenta también que priorizarse siempre nos encaminará hacia un mayor bienestar, y podemos buscar maneras que se adapten a dichas circunstancias.

Si somos capaces de flexibilizar y poner a prueba estas creencias, estaremos más cerca de poder “salir del pozo”, porque estaremos dispuestos a alargar nuestra mano para que otro nos la coja y nos ayude a impulsarnos. 

Podemos pedir ayuda a personas de nuestro entorno con las que nos sintamos en confianza y con seguridad de que van a cuidarnos al mostrar nuestro lado más vulnerable. Si esto ya lo hemos intentado y no ha funcionado o no ha sido suficiente, pedir ayuda profesional siempre es una buena opción para poder trabajar en aspectos más específicos.

¿Y por qué confiar en la psicoterapia para pedir ayuda?

  • La terapia es un espacio sin juicios, donde predomina la empatía, el entender a la persona en su contexto y la validación emocional
  • En terapia no se dan consejos, que a veces no contribuyen a que nos sintamos capaces. Aunque se pueden mandar tareas para casa, no se habla de lo que la persona debe o no hacer, sino que se parten de objetivos y acciones consensuadas según los valores de quien viene. 
  • La psicoterapia permite observar el propio contexto desde fuera, hablar de él y tener una perspectiva más distante, lo cual puede aportar claridad. No es lo mismo intentar salir de un laberinto estando dentro que pudiendo verlo desde arriba.
  • El terapeuta es una persona externa a ese contexto, lo cual permite un mayor distanciamiento emocional a la hora de hablar de temas difíciles, algo que puede resultar más complicado cuando hablamos con familiares o amigos con los que tenemos mucho vínculo y a quienes les puede doler mucho vernos sufrir. El terapeuta puede emocionarse o sentirse cercano a la persona, pero no se implicará tanto emocionalmente como lo haría alguien de nuestro entorno, y eso es lo que permite aportar una perspectiva distinta. 
  • La psicoterapia puede ser un espacio libre y seguro para poner a prueba habilidades comunicativas o expresar emociones que no son permitidas en otros momentos de nuestro día. 

Además, si los problemas que enfrentamos son de índole financiera, es importante recordar que también podemos buscar ayuda para resolver problemas financieros en pareja, ya que estos pueden afectar nuestra salud emocional y bienestar general. Esperamos que este artículo te haya ayudado a aclarar un poco para que dejes de hacer submarinismo en las profundidades del malestar que se puede crear con una sola gotera, y te animes a sacar la mano a flote para que otros puedan ayudarte. Nosotras en palaupsicologia.com estaremos encantadas de acompañarte si así lo quisieras..

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Nuestras Reseñas

¿Te gustaría saber más?

Soy  psicóloga sanitaria y trabajo con diferentes problemáticas relacionadas con el estado de ánimo, ansiedad, situaciones vitales estresantes (problemas familiares, laborales, de pareja…), relaciones sociales y autoestima tanto en adultos como en jóvenes.

Siempre he tenido mucho interés en investigar sobre el cerebro y la conducta humana, y por ello, combiné el grado de Psicología con la colaboración en un grupo de investigación en psicobiología. Al terminar la carrera, realicé el Máster en Psicología General Sanitaria.

Actualmente, combinándolo con mi trabajo como terapeuta, estoy haciendo el Doctorado en Psicología en la Universitat Jaume I, investigando sobre el uso de las nuevas Tecnología de la Información y la Comunicación (TICs) en la terapia psicológica, como son el uso de la realidad aumentada y la terapia online.

Nº Colegiada: CV16304

Soy  psicóloga sanitaria y trabajo con diferentes problemáticas relacionadas con el estado de ánimo, ansiedad, situaciones vitales estresantes (problemas familiares, laborales, de pareja…), relaciones sociales y autoestima tanto en adultos como en jóvenes.

Siempre he tenido mucho interés en investigar sobre el cerebro y la conducta humana, y por ello, combiné el grado de Psicología con la colaboración en un grupo de investigación en psicobiología. Al terminar la carrera, realicé el Máster en Psicología General Sanitaria.

Actualmente, combinándolo con mi trabajo como terapeuta, estoy haciendo el Doctorado en Psicología en la Universitat Jaume I, investigando sobre el uso de las nuevas Tecnología de la Información y la Comunicación (TICs) en la terapia psicológica, como son el uso de la realidad aumentada y la terapia online.

Nº Colegiada: CV16304