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Cuando hacemos los mismos movimientos repetidamente, rápidamente los etiquetamos de “tics” o “tocs”, pero éstos términos esconden mucho más sufrimiento del que pensamos. Tanto el Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC) como los tics se consideran problemas psicológicos que afectan gravemente a la vida de las personas que los padecen. Convivir con estos síntomas puede generar mucha frustración, sobre todo por la sensación de incomodidad que producen y la difícil resistencia a hacerlo. Aunque suenan parecido y tienen algunas similitudes, existen diferencias significativas que son importantes tener en cuenta para poder aprender a gestionarlos mejor.

En este artículo, explicaremos similitudes y diferencias, y veremos algunas recomendaciones para aprender a manejarlos sin que supongan un desgaste emocional.

¿Qué es el Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC)?

El TOC es un trastorno de ansiedad caracterizado por la presencia de pensamientos intrusivos, recurrentes y no deseados (obsesiones) que provocan malestar. Para intentar reducir esta ansiedad, la persona siente la necesidad de realizar ciertos comportamientos repetitivos o rituales (compulsiones). Las obsesiones más comunes suelen estar relacionadas con el miedo a la contaminación, el daño o la necesidad de simetría, mientras que las compulsiones pueden incluir lavarse las manos repetidamente, revisar cosas de forma compulsiva o realizar rutinas específicas, llamados “rituales”.

El TOC tiene un impacto significativo en la vida cotidiana, ya que las compulsiones ocupan gran parte del tiempo de la persona, lo que puede interferir con su capacidad para llevar una vida normal. Revisar, contar, hacer rituales, todo sigue un orden específico, y cuando se rompe por un despiste, la persona siente la incomodidad de nuevo y necesita volver a empezar, generando más frustración y malestar.

¿Qué son los tics?

Por otro lado, los tics son movimientos rápidos, repetitivos e involuntarios (motores) o sonidos (vocales) que una persona realiza de manera inconsciente.

Tics motores simples

Parpadeos, sacudidas de cabeza, encogimientos de hombros.

Tics motores complejos

Movimientos más coordinados y específicos, como saltar o tocar objetos.

Tics vocales simples

Sonidos breves como gruñidos o carraspeos.

Tics vocales complejos

Palabras o frases completas, a veces inapropiadas (como en el caso de la coprolalia).

Los tics suelen aparecer durante la infancia, y aunque muchos desaparecen con el tiempo, otros pueden persistir hasta la adultez. El trastorno de tics más conocido es el Síndrome de Tourette, que implica la presencia de múltiples tics motores y al menos un tic vocal.

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¿En qué se parecen TOC y tics?

Aunque TOC y tics son condiciones diferentes, presentan algunas similitudes, especialmente en la forma en que ambos afectan la vida de quien los padece:

Conductas repetitivas

Tanto en el TOC como en los tics, las personas repiten ciertos comportamientos. En el TOC, estas repeticiones son compulsiones que se realizan para aliviar la ansiedad, mientras que los tics son involuntarios y, a menudo, no tienen un propósito funcional.

Dificultad para controlar los impulsos

En ambas condiciones, las personas pueden experimentar dificultades para controlar sus impulsos. En el TOC, los individuos sienten una necesidad abrumadora de realizar sus compulsiones, mientras que en los tics, los movimientos o sonidos ocurren de manera incontrolable.

Comorbilidad

Es común que el TOC y los tics se presenten juntos. Se estima que hasta el 50% de las personas con Síndrome de Tourette también tienen síntomas de TOC. Cuando ambas condiciones coexisten, los tics pueden desencadenar o agravar las obsesiones y compulsiones del TOC.

¿En qué se diferencian TOC y tics?

A pesar de las similitudes, hay diferencias fundamentales entre el TOC y los tics, las cuales son importantes tener en cuenta para un diagnóstico preciso y un tratamiento adecuado:

Intencionalidad

En el TOC, las compulsiones son voluntarias (aunque difíciles de resistir), ya que la persona las realiza para reducir la ansiedad generada por las obsesiones. Los tics, por el contrario, son movimientos o sonidos involuntarios que la persona no puede controlar.

Motivación

Las compulsiones del TOC están motivadas por el intento de prevenir un evento temido o de reducir la ansiedad. En el caso de los tics, no existe esta motivación; simplemente ocurren sin una intención consciente de reducir ansiedad o evitar una situación.

Percepción de alivio

Tras realizar una compulsión, la persona con TOC suele sentir un alivio temporal de la ansiedad, aunque luego la necesidad de repetir el ritual vuelve a surgir. En los tics, no hay un sentido de alivio, aunque algunos pacientes mencionan que experimentan una sensación de “urgencia premonitoria” antes de un tic, que disminuye una vez que el tic ocurre.

Edad de aparición

Los tics suelen aparecer en la infancia, entre los 5 y 7 años de edad, y tienden a mejorar o desaparecer con el tiempo. El TOC, aunque también puede comenzar en la infancia, tiende a manifestarse en edades más tardías y persistir a lo largo de la vida si no se trata adecuadamente.

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¿Se puede tener TOC y tics a la vez?

La coexistencia de TOC y tics es más común de lo que se piensa, y cuando ambos trastornos están presentes, se puede generar un desafío adicional en el tratamiento. Las personas que padecen ambas condiciones pueden sentir una mayor interferencia en su vida cotidiana debido a la combinación de tics involuntarios y el impulso constante de realizar compulsiones para reducir la ansiedad.

En algunos casos, los tics pueden confundirse con compulsiones del TOC, lo que dificulta el diagnóstico. Por ejemplo, una persona puede realizar movimientos repetitivos que parecen compulsiones, pero que en realidad son tics motores. La distinción entre ambos es crucial para elegir el tratamiento adecuado.

Recomendaciones para la gestión de TOC y tics

Consulta con un profesional de la salud mental

Si experimentas síntomas de TOC, tics, o ambos, lo más importante es buscar ayuda profesional. Un psicólogo o psiquiatra puede realizar un diagnóstico preciso y diseñar un plan de tratamiento adecuado. En la clínica de Psicología María Palau, contamos con terapeutas especializadas en el tratamiento del TOC y los tics que te pueden ayudar a gestionar estos trastornos de forma efectiva.

Terapia Cognitivo-Conductual (TCC)

La TCC es uno de los enfoques más efectivos para el tratamiento del TOC.

Exposición con Prevención de Respuesta (EPR)

Consiste en exponer gradualmente a la persona a los desencadenantes de sus obsesiones sin permitir que realice las compulsiones, lo que ayuda a reducir la ansiedad con el tiempo.

Terapia de Inversión del Hábito (TIH)

Para los tics, la TIH es una intervención muy útil. En este tipo de terapia, la persona aprende a identificar la sensación previa al tic y a reemplazar el tic por una respuesta incompatible, reduciendo la frecuencia de los tics.

Tratamiento farmacológico

En algunos casos, los medicamentos pueden ser una parte útil del tratamiento. Los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), como la fluoxetina o la sertralina, suelen ser recetados para el TOC, mientras que los antipsicóticos en dosis bajas pueden ayudar a controlar los tics, especialmente en el caso del Síndrome de Tourette.

Manejo del estrés

Tanto el TOC como los tics tienden a empeorar en situaciones de estrés. Por lo tanto, es esencial aprender a gestionar el estrés mediante técnicas de relajación, como la meditación o la respiración profunda. La atención plena o mindfulness también puede ser beneficiosa para reducir la ansiedad asociada al TOC.

Apoyo familiar

Es crucial contar con el apoyo de familiares y amigos durante el tratamiento. Explicarles la naturaleza del trastorno y cómo pueden ayudar a reducir la presión sobre la persona con TOC o tics es fundamental para un entorno terapéutico positivo.

Conclusiones sobre TOC y tics

Aunque el TOC y los tics son trastornos diferentes, pueden tener un impacto considerable en la vida diaria. Es fundamental buscar un diagnóstico adecuado y un tratamiento eficaz, como la Terapia Cognitivo-Conductual, para aprender a gestionar los síntomas. Si sientes que estos trastornos están afectando tu vida o la de un ser querido, acudir a terapia psicológica es un paso fundamental para obtener el apoyo necesario y mejorar la calidad de vida. En Psicología María Palau, estamos aquí para acompañarte en este proceso y ofrecerte las herramientas adecuadas para superar estos desafíos.

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Nuestras Reseñas

¿Te gustaría saber más?

Soy  psicóloga sanitaria y trabajo con diferentes problemáticas relacionadas con el estado de ánimo, ansiedad, situaciones vitales estresantes (problemas familiares, laborales, de pareja…), relaciones sociales y autoestima tanto en adultos como en jóvenes.

Siempre he tenido mucho interés en investigar sobre el cerebro y la conducta humana, y por ello, combiné el grado de Psicología con la colaboración en un grupo de investigación en psicobiología. Al terminar la carrera, realicé el Máster en Psicología General Sanitaria.

Actualmente, combinándolo con mi trabajo como terapeuta, estoy haciendo el Doctorado en Psicología en la Universitat Jaume I, investigando sobre el uso de las nuevas Tecnología de la Información y la Comunicación (TICs) en la terapia psicológica, como son el uso de la realidad aumentada y la terapia online.

Nº Colegiada: CV16304

Soy  psicóloga sanitaria y trabajo con diferentes problemáticas relacionadas con el estado de ánimo, ansiedad, situaciones vitales estresantes (problemas familiares, laborales, de pareja…), relaciones sociales y autoestima tanto en adultos como en jóvenes.

Siempre he tenido mucho interés en investigar sobre el cerebro y la conducta humana, y por ello, combiné el grado de Psicología con la colaboración en un grupo de investigación en psicobiología. Al terminar la carrera, realicé el Máster en Psicología General Sanitaria.

Actualmente, combinándolo con mi trabajo como terapeuta, estoy haciendo el Doctorado en Psicología en la Universitat Jaume I, investigando sobre el uso de las nuevas Tecnología de la Información y la Comunicación (TICs) en la terapia psicológica, como son el uso de la realidad aumentada y la terapia online.

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