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¿Cómo afecta la cafeína al cerebro?

Para muchas personas, la caída de la noche no es solo un cambio en el ciclo del día, sino un momento muy angustiante en el que el mundo se convierte en un lugar lleno de amenazas invisibles y altos niveles de ansiedad. Si estás buscando apoyo, la psicologia por internet puede ser una excelente opción para ti.

Hoy hablaremos del miedo a la oscuridad o nictofobia, cómo puede afectar gravemente la vida de las personas que lo padecen y por qué se puede dar no solo en niños sino también en adultos.

Qué es la nictofobia o miedo a la oscuridad

Como todas las fobias, se trata de un miedo irracional a un estímulo, en este caso, a estar inmerso en la oscuridad. Es una de las fobias más comunes y que a menudo se manifiestan en la infancia, pero también puede darse cuando somos adultos. 

Aunque es natural experimentar cierto grado de ansiedad en situaciones de oscuridad, la nictofobia se distingue por la intensidad, frecuencia y duración de los síntomas de ansiedad, así como el impacto que tiene en la vida de la persona que lo padece. Algunos de los síntomas derivados de este miedo son:

  • Síntomas físicos de ansiedad: tener palpitaciones, temblores, sensación de mareo o respiración acelerada son algunos de los síntomas que presentan las personas al pensar en la oscuridad o al comenzar a dormir por las noches. Estos pueden llegar a provocar ataques de pánico.
  • Comportamientos de evitación o seguridad: las personas con este miedo tienen la necesidad de dormir con la luz encendida, o evitan a toda costa dormir solos o estar solos en la oscuridad, dando lugar a una dependencia de otras personas.
  • Incapacidad para dormir solos o estar sin compañía en situaciones de oscuridad.
  • Pensamientos recurrentes sobre los peligros que pueden aparecer estando en la oscuridad a pesar de saber que las amenazas físicas relacionadas con la oscuridad no son reales.
  • Trastornos de sueño: el miedo a la oscuridad a veces puede producir trastornos de insomnio, o un peor descanso, ya que duermen ligeramente por estar en un estado de alerta, siendo muy sensibles a los ruidos suaves que puedan sobresaltarles.

Además, si el miedo a la oscuridad se extiende a otras áreas de la vida, como el miedo a conducir, es importante buscar ayuda profesional. La terapia para vencer el miedo a conducir puede ser un recurso valioso para superar estas fobias y recuperar la confianza en situaciones cotidianas.

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Cómo puede afectar el miedo a la oscuridad

Como hemos comentado, el miedo descontrolado a la oscuridad puede dar lugar a tener mucha ansiedad y activación fisiológica cuando uno está en situaciones de oscuridad o anticipa que así será. Este malestar llevará a la persona a buscar maneras de intentar aliviarlo o que desaparezca:

  • Dormir con la luz encendida
  • Procurar siempre dormir acompañado o pedir que lo acompañen para ir al baño o a beber agua por las noches
  • Restringir sus actividades rutinarias al horario nocturno y estar en un estado de alerta cuando empieza el atardecer.
  • Estar en un estado de alerta por las noches y afectar a la calidad del sueño.
  • Tener un peor rendimiento y un empeoramiento en la capacidad de hacer tareas cotidianas al día siguiente.

Todo esto provocará situaciones de deterioro y de dependencia con otros, lo cual puede afectar a otras áreas que no tienen que ver con el sueño, como es el trabajo, las actividades de ocio o las relaciones sociales, familiares y de pareja.

La persona que lo padece puede sentirse verdaderamente indefensa frente a ese miedo, y las estrategias que utiliza para intentar sentirse mejor pueden llevarle a un ciclo infinito de restricciones y malestar.

Si este miedo se extiende a situaciones sociales, como hablar en público, puede ser útil considerar la terapia para superar el miedo escénico, que ofrece herramientas para manejar la ansiedad en diversas situaciones.

¿Por qué me pasa siendo adulto?

Cuando somos pequeños, el miedo a la oscuridad se considera un temor evolutivo que debe superarse para desarrollarnos.

En la infancia, la oscuridad puede sentirse como un momento de vulnerabilidad y de soledad frente a lo desconocido, y el contacto con nuestras figuras de referencia, normalmente los padres, dan una sensación de seguridad y de calma.

En esta etapa, lo natural sería la dependencia, y progresivamente, en ese proceso de superar el miedo, vamos aprendiendo que esos miedos tienen que ver con nuestra imaginación, y vamos teniendo mayor autonomía.

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Sin embargo, cuando somos adultos, este temor puede generar una reacción desproporcionada al peligro real, y se tiene una dependencia que interfiere en la vida cotidiana, por eso en estos casos hablamos de fobia. Suele ser un miedo común del que se habla poco, ya que reconocerlo puede hacer que nos avergüencen de tenerlo.

Esto dificulta el pedir ayuda a un profesional, de manera que la fobia y el miedo se va instaurando con los años y es solo cuando la interferencia en la vida es grave cuando se decide buscar tratamiento.

Las causas por las que se da en adultos pueden ser muy variadas, y será necesario explorar el contexto de cada uno para poder determinar los factores que están influyendo.

Sin embargo, el miedo a la oscuridad suele estar relacionado con lo que ésta representa para cada uno. Esto dependerá por supuesto de las experiencias y creencias que cada persona tenga respecto a los peligros que pueden darse en la oscuridad.

Por otro lado, ver películas de terror puede haber conformado ciertas ideas o creencias acerca de los peligros de la oscuridad, lo cual puede haber contribuido también a vivir esos momentos con mayor inquietud y agitación.

Otro factor influyente en el miedo puede ser el hecho de que en la oscuridad nos quedamos frente a frente con nuestro interior, y es en esos momentos cuando aparecen los pensamientos que tal vez hemos tratado de esquivar durante el día.

Las preocupaciones que nos vienen en ese momento pueden ponernos en contacto con miedos que hemos estado evitando, provocando una activación fisiológica que puede ser interpretada como señales de peligro, dando lugar a un ciclo vicioso de estar atento y alerta y no poder dormir.

También puede ocurrir que hayaamos vivido experiencias estresantes, traumáticas o emocionalmente relevantes en la oscuridad, y que hayamos podido asociar la presencia de oscuridad con la previsión de algún acontecimiento horrible. 

Tratamiento para la nictofobia

Sea cual sea la causa, el miedo a la oscuridad es sin duda un problema susceptible de ser tratado en terapia psicológica.

Desde nuestro centro, usamos la terapia cognitivo conductual, que ha demostrado ser eficaz para el tratamiento de fobias. Su objetivo sería comprender aquellos factores que mantienen el problema y poner en marcha estrategias efectivas para lidiar con sus síntomas y consecuencias. 

Si te has identificado con alguno de los síntomas, te animamos a pedir ayuda para poder recuperar tu sueño y tu bienestar emocional. Nosotras en psicologiamariapalau somos expertas en gestión de la ansiedad y miedos estaremos encantadas de acompañarte en el proceso.  Además, si sientes que tus miedos están relacionados con pensamientos obsesivos, puede ser útil consultar a un psicólogo especializado en toc que te ayude a abordarlos de manera efectiva.

Nuestras Reseñas

¿Te gustaría saber más?

Soy  psicóloga sanitaria y trabajo con diferentes problemáticas relacionadas con el estado de ánimo, ansiedad, situaciones vitales estresantes (problemas familiares, laborales, de pareja…), relaciones sociales y autoestima tanto en adultos como en jóvenes.

Siempre he tenido mucho interés en investigar sobre el cerebro y la conducta humana, y por ello, combiné el grado de Psicología con la colaboración en un grupo de investigación en psicobiología. Al terminar la carrera, realicé el Máster en Psicología General Sanitaria.

Actualmente, combinándolo con mi trabajo como terapeuta, estoy haciendo el Doctorado en Psicología en la Universitat Jaume I, investigando sobre el uso de las nuevas Tecnología de la Información y la Comunicación (TICs) en la terapia psicológica, como son el uso de la realidad aumentada y la terapia online.

Nº Colegiada: CV16304

Soy  psicóloga sanitaria y trabajo con diferentes problemáticas relacionadas con el estado de ánimo, ansiedad, situaciones vitales estresantes (problemas familiares, laborales, de pareja…), relaciones sociales y autoestima tanto en adultos como en jóvenes.

Siempre he tenido mucho interés en investigar sobre el cerebro y la conducta humana, y por ello, combiné el grado de Psicología con la colaboración en un grupo de investigación en psicobiología. Al terminar la carrera, realicé el Máster en Psicología General Sanitaria.

Actualmente, combinándolo con mi trabajo como terapeuta, estoy haciendo el Doctorado en Psicología en la Universitat Jaume I, investigando sobre el uso de las nuevas Tecnología de la Información y la Comunicación (TICs) en la terapia psicológica, como son el uso de la realidad aumentada y la terapia online.

Nº Colegiada: CV16304