Autoexigencia y perfeccionismo
Encuentra apoyo emocional en tu camino
Estamos aquí para acompañarte y ayudarte a sentirte suficiente.

Diferencias entre exigencia y perfeccionismo

¿Alguna vez has sentido que nada de lo que haces es suficiente? ¿Tienes la sensación de que no disfrutas del proceso? ¿Te sueles criticar por cometer errores? ¿Tienes la sensación de nunca estar a la altura? Si alguna de estas características te resultan familiares, puede que estés lidiando con autoexigencia y perfeccionismo. Si estás buscando apoyo, un psicólogo online puede ayudarte. 

Aunque ambos pueden encaminarnos a lograr metas, no es un camino de rosas. ¿Pero, hay alguna manera no dañina de conseguirlas? Hoy descubriremos las diferencias entre autoexigencia y perfeccionismo, y sus consecuencias.

Qué es la exigencia y el perfeccionismo

Ambos términos suelen utilizarse en conjunto para hablar de lo mismo, y normalmente las personas perfeccionistas tienen un patrón de comportamiento muy exigente, por lo que no es de extrañar que a veces los confundamos. Están íntimamente relacionados entre sí, de manera que podríamos entender ambos conceptos como distintos puntos de un continuo.

Cuando hablamos de exigencia, nos referimos a una serie de pensamientos y comportamientos encaminados a lograr imperiosamente que algo se dé. La exigencia tiene que ver con altos estándares y expectativas, pero normalmente no rozan los extremos del perfeccionismo, aunque sí están encaminados hacia “dar lo mejor” o “llegar al máximo posible”. 

En este sentido, no sería una mala cualidad ser exigentes con nosotros mismos; dependiendo del contexto, ser exigentes puede ser adaptativo al permitir alcanzar aquello que queremos lograr, y puede ser una manera de motivarnos para ello. Sin embargo, si la soledad es un tema que te preocupa, considera buscar terapia para afrontar la soledad, ya que puede ayudarte a manejar mejor tus emociones y expectativas.

Campo no encontrado o vacío

Descubre cómo atender a tu autoexigencia

Permítete explorar tus sentimientos y encontrar un equilibrio saludable.

El problema, como con todo en esta vida, tiene que ver con los extremos, y con el hecho de que esa exigencia nos esté llevando a experimentar consecuencias negativas que ignoramos o minimizamos.

Es entonces cuando podemos llegar a límites extremos de hiperexigencia muy relacionados con el perfeccionismo. Cuando hablamos de perfeccionismo, estamos hablando de un rasgo de personalidad caracterizado por establecer estándares extremadamente altos para sí y para los demás.

Dichos estándares suponen tener un pensamiento rígido respecto a cómo deben ser las cosas, y puede dar lugar a no poder adaptarse a los cambios cuando la realidad no coincide con esas creencias.

Suelen ser personas que no se fijan en el proceso para llegar de A a B, sino que se focalizan sólamente en obtener los resultados deseados, y el fin último de su comportamiento es llegar a ellos.

Además, tienen la tendencia de detectar más rápidamente los fallos o aspectos imperfectos, lo cuál puede llevarles más fácilmente a evaluar críticamente el desempeño de sí y de los demás.

Es importante reconocer que la búsqueda de la perfección puede estar relacionada con miedos más profundos, como la agorafobia. Para quienes enfrentan estos desafíos, contar con el apoyo adecuado puede ser fundamental. Por ello, un psicólogo especializado en la superación de la agorafobia puede ofrecer herramientas valiosas para manejar la ansiedad y mejorar la calidad de vida.

Diferencias claves:

Ambos pueden suponer un comportamiento enfocados a la “motivación de logro”, es decir, al deseo de conseguir algo. Y sin embargo, existen algunas diferencias entre ellos:

  1. Metas y estándares: El nivel de los estándares es extremadamente alto en el perfeccionismo, ya que el objetivo máximo es buscar la perfección, ya sea en un ámbito de la vida o en varios. Así, los comportamientos dirigidos a conseguir esa perfección nunca se ven recompensados, porque la perfección es algo imposible de alcanzar. Esto puede producir sensaciones muy dañinas para la autoestima, como la frustración, la ansiedad o la sensación de insuficiencia y de incapacidad. 
  2. Diálogo crítico: En los dos puede haber un diálogo crítico cuando se comete un error, pero en el caso del perfeccionismo la crítica puede ser más severa y extrema. Existen otros factores que influyen en ello, como la intolerancia a la imperfección, el miedo al fracaso o el miedo al juicio y crítica externa.
  3. Rigidez: en el caso de la autoexigencia, las personas suelen tener una mayor capacidad de adaptación a las circunstancias, mientras que en el perfeccionismo cuesta más aceptar otras formas de hacer las cosas. En el perfeccionismo predomina más el sesgo del pensamiento dicotómico: o todo o nada, éxito o fracaso, blanco o negro.
  4. Proceso vs resultados: la autoexigencia puede motivar a tener un crecimiento y mejora continuo y para ello se focaliza más en los pasos para llegar a ello; en el perfeccionismo, sin embargo, el foco está principalmente en el resultado, pero al considerarse que tiene que ser perfecto, existe una insatisfacción crónica en la que siempre hay algo que mejorar. Además, al no reconocer los pequeños logros del camino, se tiene una constante sensación de fracaso.

Campo no encontrado o vacío

Campo no encontrado o vacío​

Campo no encontrado o vacío​

Consecuencias de la hiperexigencia y el perfeccionismo

A pesar de sus diferencias, tanto la autoexigencia como el perfeccionismo pueden afectar gravemente la vida de las personas, sobre todo a nivel emocional, pero también en otras áreas vitales.

Por un lado, las emociones que están más presente en ambos modos de funcionar son la ansiedad por intentar llegar a todo y ver que no es suficiente (precisamente por esos altos estándares), la frustración cuando se ha puesto todo el esfuerzo y aún así no conseguimos lo que queremos (porque siempre hay más que se puede hacer), así como otras que dependen de “los deberías” de cada uno y de su historia de vida: la culpa, la decepción, la inseguridad y en general una insatisfacción personal.

Para saber más sobre “los deberías”, te animamos a que revises publicaciones anteriores de nuestro blog, donde explicamos en mayor profundidad.

Estas emociones pueden afectar al autoconcepto y a la valoración que se hace de él, es decir, a la autoestima. Y es aquí cuando empieza el ciclo vicioso de esta característica: al no sentir que se es suficiente, se intenta con más ímpetu llegar a alcanzar o lograr dichas metas y estándares, con el objetivo de demostrarse que es válido. Esto vuelve a llevar a comportamientos autoexigentes y a un malestar emocional aumentado.

Esta insatisfacción con uno mismo puede afectar en el rendimiento en áreas importantes para la persona, como puede ser el desempeño en el trabajo, disfrutar de la familia, o sentirse seguro y cómodo al relacionarse con los demás. En algunos casos, puede llegar incluso al burnout o agotamiento físico y mental, por los altos niveles de estrés y ansiedad producidos por la presión constante.

La autoexigencia y el perfeccionismo son características que se pueden aprender a manejar y encauzar de manera que no supongan un desgaste en nuestras vidas. Desde nuestra clínica palaupsicologia.com, estaremos encantadas de poder ayudarte y acompañarte en el proceso. Además, si sientes que la presión de tomar decisiones te genera miedo, te invitamos a explorar nuestro apoyo para tomar decisiones sin miedo, que puede ser un recurso valioso para superar esos bloqueos.

Campo no encontrado o vacío

Nuestras Reseñas

¿Te gustaría saber más?

Soy  psicóloga sanitaria y trabajo con diferentes problemáticas relacionadas con el estado de ánimo, ansiedad, situaciones vitales estresantes (problemas familiares, laborales, de pareja…), relaciones sociales y autoestima tanto en adultos como en jóvenes.

Siempre he tenido mucho interés en investigar sobre el cerebro y la conducta humana, y por ello, combiné el grado de Psicología con la colaboración en un grupo de investigación en psicobiología. Al terminar la carrera, realicé el Máster en Psicología General Sanitaria.

Actualmente, combinándolo con mi trabajo como terapeuta, estoy haciendo el Doctorado en Psicología en la Universitat Jaume I, investigando sobre el uso de las nuevas Tecnología de la Información y la Comunicación (TICs) en la terapia psicológica, como son el uso de la realidad aumentada y la terapia online.

Nº Colegiada: CV16304

Soy  psicóloga sanitaria y trabajo con diferentes problemáticas relacionadas con el estado de ánimo, ansiedad, situaciones vitales estresantes (problemas familiares, laborales, de pareja…), relaciones sociales y autoestima tanto en adultos como en jóvenes.

Siempre he tenido mucho interés en investigar sobre el cerebro y la conducta humana, y por ello, combiné el grado de Psicología con la colaboración en un grupo de investigación en psicobiología. Al terminar la carrera, realicé el Máster en Psicología General Sanitaria.

Actualmente, combinándolo con mi trabajo como terapeuta, estoy haciendo el Doctorado en Psicología en la Universitat Jaume I, investigando sobre el uso de las nuevas Tecnología de la Información y la Comunicación (TICs) en la terapia psicológica, como son el uso de la realidad aumentada y la terapia online.

Nº Colegiada: CV16304